En los últimos años se ha registrado un incremento exponencial en el uso de vidrios polarizados en los autos. Los usuarios justifican su instalación al asegurar que este tipo de material reduce el calor que puede resultar agobiante en los días de verano.
Una prueba realizada por CESVI derribó este mito y para ello colocaron dos autos del mismo color, pero con la diferencia que uno de los vehículos estaba con vidrios polarizados y el otro no.
Ambos vehículos fueron expuestos a un cielo despejado e iluminado por un sol que generó un temperatura superior a los 30º C. Luego de dos horas, se realizaron las mediciones y descubrieron que la diferencia de la temperatura entre el auto con vidrios polarizados y el que contaba con cristales comunes era de poco menos de 2ºC.
De esta manera se pudo comprobar que los vidrios polarizados reducen el calor en una porción mínima, por lo que no es necesaria su instalación con este fin.
Cabe destacar que los autos con polarizados incrementan en un 30% la probabilidades de estar involucrados en un accidente, una cifra que alarma teniendo en cuenta que más de la mitad del parque automotor del país cuenta con este tipo vidrios.
Los vidrios polarizados dificultan la visión activa, que permite percibir las maniobras que realizan los conductores de los vehículos que van delante nuestro. También obstruye la visión cuando se conduce de noche o en situaciones climáticas adversas como la niebla o la lluvia.